Sobre el muro en el que anunciamos lo más sagrado de nuestro trabajo, como es la lucha contra la irresponsabilidad paterna, contra la violencia machista, contra el feminicidio y contra la violencia sexual, con tinta color azul, masista, el oficialismo o la oposición han estampado una pregunta: ¿la María por cuánto se vendería?
Públicamente les respondo, sea quien sea de quien se trate: tres deliciosos penes de María sabor naranja, limón o coco, cuestan cinco bolivianos; la galleta lleva este provocativo nombre para dejar claro que estamos dispuestas a vender nuestro cuerpo pero no nuestras ideas.
La pintada ha sido realizada la noche antes del lanzamiento del nuevo programa radial que lleva por título Votar rima con vomitar, que será el programa que produciré de cara a este proceso electoral. En ese contexto, la pregunta tiene el sentido de ¿amedrentarme? o de ¿encasillar, como está sucediendo con la mayor parte de los espacios mediaticos que tocan las elecciones a favor de quién vas a estar?
No por valentona, sino con la libertad de quien no tiene nada que perder, les digo que amedrentarme no es posible, por eso mi programa será un espacio de desembocada libertad.
No es un llamado al abstencionismo, al voto en blanco o nulo; es un espacio que recogerá la náuseas de que este proceso electoral provoca en la población, el asco que da el Tribunal Supremo Electoral, el asco que da la propaganda electoral oficialista pagada con dinero que hace falta en los hospitales; el asco que da el secuestro de nuestros sueños de país en un cuadrilátero de candidatos sin ideas: empezando en Evo y terminando en Carlos.
Analizaremos junto a la gente cómo van construyendo sus votos, cómo vota la puta, la divorciada, la madre de una hija asesinada. Cómo vota un funcionario público, un chofer de taxi, un narcotraficante. Cómo vota un joven que no tiene trabajo, ni dinero para estudiar, cómo vota una mujer que tiene que abortar y está muerta de miedo de morir en el intento.
En Bolivia no hay democracia pero hay elecciones, no hay trabajo pero hay elecciones, no hay justicia pero hay elecciones y estas elecciones justamente no resolverán ninguno de estos problemas; eso también da asco y por eso el voto, que es un cheque en blanco, va untado de vómito. Elecciones y democracia no son lo mismo.
Evo Morales ganará las próximas elecciones con fraude. ¿No da eso asco? ¿Quieren pruebas? Están todas entre las paredes del Tribunal Supremo Electoral.
La Ley Electoral deja fuera del derecho a hacer política a tod@s quienes la hacemos sin partido, obligan a partidizar una sociedad donde no hay partidos políticos, sino mafias corruptas o grupos de intereses que arman partidos de mentira para legitimar sus postulaciones.
La forma partido ha sido superada por la política a escala mundial, pero el monopolio legal lo mantiene porque les sirve justamente para comprar gente. Así que subrayo: no estoy en venta.
Decir partido político es ensuciarse la boca y es tan mugre como decir Policía Boliviana. De eso también vamos a hablar.
Nos dejaremos espacio para el humor, por lo que recibiremos avisos clasificados y chistes de toda especie, porque el humor salvará al mundo, de eso estamos convencidas.
Nos dejaremos un espacio para los sueños, porque no es tampoco una convocatoria al escepticismo, por eso convocaremos a tod@s l@s luchadores sociales a contarnos sus utopías ecológicas, indianistas, tecnológicas, feministas y maricas.
¿Y l@s candidat@s? Tendremos con ell@s el espacio de la famosa Barricada. Pueden venir cuando quieran, por el lapso de tiempo que quieran, dos horas, una hora, 40 minutos. Es gratis, pero es barricada sin complacencia y si no vienen es porque no se atreven. No los invitaremos, tendrán que llamar y pedir un espacio, que se agendará de inmediato.
¿Y los analistas? Esos sí que no tendrán espacio, porque no son tales, no sólo por la conocida mediocridad, sino porque opinan sin honestidad, disfrazando para quién están trabajando; ellos ya tienen el espacio de La Razon, ATB, Red Uno y demás.
Sergio Escalante y Adrián Vera son los productores, ellos tienen menos de 25 años, son comunicadores sociales, están desempleados, son made in UMSA, y trabajaran conmigo sólo por el gusto de hacer un experimento.
María Galindo es miembro de Mujeres Creando
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