Hay censura gubernamental múltiple en los medios, acá una clasificación preliminar:
– L@s funcionari@s públicos acuden únicamente a entrevistas complacientes, que son monólogos poco convincentes. Es un canon que atraviesa gobiernos municipales y gobernaciones. Esto ha contribuido a: acabar con la calidad de la entrevista como herramienta, bajar el nivel de diálogo y debate en la sociedad, unificar y homogeneizar el discurso, dicen lo mismo en todo lado sin que nadie les contradiga. Se comunican con la gente, pero la calidad de la comunicación es mediocre. Es eso lo que el ministro tiene que cambiar dinamizando el debate.
-La publicidad estatal funciona como chantaje y como censura al mismo tiempo. No es censura que se opera con tanques, sino con cheques, y no es necesario ya explicar una vez más esto. Es eso lo que el ministro tiene que cambiar, la pauta de publicidad estatal debe ser repartida en igualdad de condiciones, en el 100% de medios de comunicación legalmente inscritos. No es una utopía, el ingeniero Costas, cuando era presidente del Órgano Electoral lo hacía. Cada medio tenía asignada una categoría, de acuerdo a la cobertura técnicamente establecida.
-La publicidad estatal ha funcionado también como fuente de corrupción porque se han engordado fortunas. Queremos conocer las cifras, empezando por Abya Yala, pasando por La Razón y terminando en ATB.
-No hay acceso a la información y eso también es una forma de censura. Cuando pides información te exigen cartas hasta cansarte, y la digitalización de la información en las páginas oficiales es tan parcial, que no llegas a saber ni el 10% de lo que como ciudadan@ tienes derecho.
Los medios estatales son gubernamentales, el ministro ha anunciado la pluralidad en esos medios, incluyendo a la oposición partidaria con representación parlamentaria, pero eso no sirve porque la oposición no refleja el inmenso universo de gentes con discurso propio que no están con el Gobierno, que tienen mucho que decir y que no accedemos a los medios estatales porque no estamos con el MAS
La comunicación de gestión que hace el Ministerio de Comunicación es una forma de propaganda electoral que carece de información de gestión, que únicamente cubre aspectos positivos, endiosa al Presidente y que se paga con nuestro dinero.
Como sólo aconteció en la dictadura de García Meza, estamos obligados a una cadena nacional para la transmisión del discurso presidencial, dure lo que dure; cadena nacional inservible comunicacionalmente, porque más ha contribuido esa medida a compararlo con el dictador y a gastar la cargosa voz del Presidente, que a difundir lo que piensa.
En una complaciente entrevista con Claudia Benavente, el ministro clasificaba a los medios de comunicación por su tamaño, como si los medios pudieran ser clasificados como si fueran chocolates o limones. Los medios no tienen tamaños, tienen públicos. En Bolivia hay tantos medios justamente porque somos una sociedad socialmente muy dinámica, porque no nos dejamos tapar la boca, por eso es que a pesar de la censura, a pesar de la insolvencia, a pesar de todo los medios de comunicación van creciendo, sobre todo en públicos específicos y en emisores específicos.
Radio Deseo es un ejemplo vital de ese proceso; la gente quiere hablar y ser escuchada en primera persona y si los medios mal llamados grandes no te dejan; entonces creas tu propio medio y crías de inmediato tu público, porque esta sociedad es así, inflamablemente rebelde y altamente comunicativa.
¿En un contexto así nos van a venir a exigir la difusión gratuita de propaganda para los partidos políticos en nombre de la democracia?
De antemano convoco al desacato e invito a una senda y deliciosa “barricada” a cuanto candidat@ en las próximas elecciones haya.
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