Es una invitacion para que 8, 13, 5, 55, o 555 hombres manifiesten públicamente su repudio al machismo que los habita. Manifiesten públicamente su nausea respecto del lugar de fuerte, proveedor, protector, que la sociedad les ha asignado.

Es una invitación para sembrar una nueva lucha que no es la lucha por las nuevas masculinidades porque eso es un cliche, sino que es una lucha por el desmoronamiento del suplicio torturante que es hoy convertirse en un “machito” en la sociedad boliviana.

No es para apoyar a las mujeres, no es para ayudar a las mujeres, es para ayudarse a si mismos a mirarse desde otro lugar que no sea el lugar del violento, del violador, del padre irresponsable, del feminicida, del acosador, del mete mano, del abusivo, del comodón que en la casa se cree un patrón.

Cuando me dicen no todos los hombres somos así, lo primero que hago es entenderlo y creerlo pero esa imagen generalizada es la que hay que romper porque esa imagen generalizada genera un espacio de identificación, un espejo que hay que romper.

Es un espacio para los hijos que no quieren seguir el ejemplo de sus padres.

Es un espacio para que los hombres proclamen sus debilidades.

Es un espacio para inventar la sociedad que queremos.

Las mujeres de todas las edades y principalmente de los mundos de abajo nos hemos movido del lugar que nos ha sido asignado, nos hemos movido de los mandatos de feminidad, nos hemos movido en la forma de vestir, de sentir y de pensar. Nos hemos movido en la forma de concebir la vida y en la forma de pisar la tierra.

Eso ha generado una gran ruptura con ese universo llamado masculino. Ellos ya no saben cómo reubicarse y recurren masivamente a la violencia machista para recuperar un lugar que sienten que han perdido.

Hombres extraviados que saltan de pareja en pareja en busca de una sumisión que ya no encuentran, ni encontraran.

Mujeres que prefieren vivir solas, que se visten como les da la gana, que quieren vivir y sentir y que no son de ningún hombre su propiedad, son las mujeres frente a las cuales amigos, hermanos, amantes, padres o maridos reaccionan con violencia.

El problema no está pues en nosotras. El problema está en ese conjunto de mitos que les hicieron creer a ustedes que son nuestros propietarios.Mitos que se traducen en supuestos privilegios, privilegios que son destructivos de ustedes mismos.

Las mujeres y las personas trans estamos rompiendo los mandatos de genero todos los días mientras a ustedes se les dice que el remedio está en aferrarse a esos mandatos e imponerlos con golpe de estado, con patadas y puñetes, con castigos, feminicidos y fundamentalismos religiosos.

Es hora de que los jóvenes y los niños que no quieren repetir las vidas decadentes y violentas de sus padres tengan un espacio para expresarlo públicamente sin ser objeto de golpes, amenazas y burlas.

Es hora de que los hombres que no quieren sujetarse al concepto patriarcal de lo que se entiende por hombre tengan un espacio público para decirlo, sin que por eso sean violados y torturados por otros hombres. Ojo las violencias machistas que se cometen contra los hombres, los cometen otros hombres para someterlos al concepto de “machito” y que ninguno se aparte del modelo. Las violencias machistas contra los hombres no son la reacción de autodefensa de las mujeres contra sus golpes y amenazas,.

Es hora de que los hombres que viendo a sus padres violentos se parcializan con sus madres y toman partido por una vida sin violencias tengan un espacio público donde declararse traidores del machismo y del patriarcado.

La lucha contra las violencias machistas es una lucha de los hombres principalmente porque son víctimas de violencias machistas que no tienen la fuerza de denunciar.

Esas violencias machistas no son las de mujeres que les pegan o someten.

Esas violencias machistas son las que sufren en el servicio militar cuando se les humilla y tortura.

Esas violencias machistas son en el colegio cuando los compañeros se burlan porque no cumplen con los esquemas y mitos de lo que se entiende por un machito en la sociedad boliviana.

Esas violencias machistas son muchísimas y valdría la pena, pero sobre todo la alegría que las pudieran gritar a los cuatro vientos.

Por eso y por muchas razones más, Nicolas Guerra, investigador sobre los temas de feminicidio, hijo de un feminicida, pensador social y Maria Galindo convocamos a esta SEGUNDA MARCHA DE HOMBRES CONTRA LAS VIOLENCIAS MACHISTAS.

Vengan todos, todas y todes quienes quieran.

Las mujeres nos ubicaremos a los costados de la marcha.

Vengan con sus wawas: no sólo es apta para niños, sino urgente para ellos.

El recorrido es desde el Obelisco hasta la cárcel de San Pedro y luego al atrio de la UMSA.

Cada estación tiene un sentido: en el Obelisco cuestionaremos esta ciudad fálica, ese soldado que glorifica la guerra y la muerte, en la cárcel de San pedro cuestionaremos el sistema carcelario como un sistema de reproducción de violencia y en el atrio de la universidad cuestionaremos el conocimiento patriarcal y el desprecio por los saberes no patriarcales.

No es una marcha para que se laven el curriculum de violentos hombres machistas.

Por eso tendremos un equipo de compañeras que con toda tranquilidad sacaran de la marcha a cualquier hombre que haya sido denunciado y este participando.

Viernes 31 de marzo a las 19:00, No será viernes de soltero, será viernes de interpelación al patriarcado.

La lucha no es de mujeres contra hombres, sino de nosotres contra el patriarcado.

Es un enfoque claro en los feminismos que no son machismo al reves, que no son lucha de las mujeres contra los hombres, sino contra el patriarcado como sistema de opresión global.