UNA ETNOGRAFIA DEL ESTADO

 

LA ACERA DE ENFRENTE

Por: MARÍA GALINDO

Integrante de Mujeres Creando

16 de diciembre – 2022

Escribo estas líneas para dejar claro el pensamiento que hay detrás de MI
GARGANTA ES UN ORGANO SEXUAL, muchxs pensarán que me lanzo a
invadir las instituciones con instinto y sin pensamiento. Y si hay mucho
instinto en lo que hago pero también hay una propuesta teórica atrevida.
¿Qué es una etnografía?
Una etnografía es una descripción/observación detallada del
comportamiento, las costumbres, los usos y los hábitos de una
colectividad. L@s antropolog@s nos han acostumbrado hasta el
aburrimiento a sendas etnografías de los llamados pueblos indígenas
llevando la observación muchas veces al detalle morboso, al acto de poder
sobre “el observado” convirtiendo la observación en un acto de
humillación académico premiado con títulos doctorales y la continuidad
histórica del derecho de observar describir y definir a l@s de abajo.
No hay etnografías sobre las oligarquías, las clases medias o l@s
intelectuales no por casualidad, como bien dice Rita Segato porque “el
poder” no es observable.
Desde mi trabajo radial lo que estoy realizando, de forma ilusa, es una
etnografía del ESTADO; lo que estoy pretendiendo es cambiar el sentido
de la mirada.
En vez de presentarme como solicitante ante EL ESTADO, me presento
como observadora y me tomo el derecho de describir su comportamiento,
su distribución del espacio, del tiempo y de cada minúsculo detalle. Es eso
lo que irrita a funcionari@s.
Esconden y custodian su “intimidad” estatal como si de un tesoro se
tratara. Destaparla es políticamente subversivo, comunicacionalmente
divertido y original. Esa es la verdadera desnudez del rey de la que nos
hablaba el legendario cuento infantil.
Es una inversión del derecho de mirar porque nunca nos hemos permitido
observar a quien tiene el derecho de vigilarnos, calificarnos,
criminalizarnos.
No se trata de actos heroicos, no se trata de actos redentores, no se trata
de grandes denuncias de corrupción. Lo que hago es una descripción
burlesca del cotidiano de la burocracia; eso hace de la trama
comunicacional que vengo desplegando algo tan emocionante, tan
divertido, tan digno de ser mirado, algo tan novelesco y siempre novedoso
aunque la fórmula se repita de sitio en sitio. Eso hace que tenga audiencia

en cualquier parte de Bolivia y fuera del país también aunque lo que esté
describiendo sea simplemente local y anecdótico.
Lo puede hacer cualquiera
Me gusta mucho cuando me critican diciendo que lo que hago lo puede
hacer cualquiera, porque yo soy la primera en afirmarlo. He encendido
una honda contagiosa, no como ejemplo a seguir, sino como imagen
contrahipnótica que despierta, inspira y provoca.
Pasar del discurso al acto
El gran desfile de desgracias que representan los medios de comunicación
revertido en una suerte de intervención que pasa del discurso correcto al
acto es otro de los componentes fundamentales de mi trabajo. No se trata
de hablar sobre las grandes fórmulas de solución desde un cómodo sillón
delante de un micrófono y resguardada por paredes. El riesgo de ir a los
hechos y llevar esa desagracia a las puertas mismas del estado para buscar
una solución minúscula más pequeña que la cabeza de un alfiler es otra de
las fascinaciones sociales.
Se trata de una etnografía que no es oficiosa, sino que se despliega a
partir de un hecho concreto, simple, pequeño que tod@s podemos
entender o hemos experimentado eso convierte cada situación en un
escenario de empatía donde el público se va a identificar masivamente
con la persona afectada. Reestablecer reconstruir abrir y seguir abriendo
empatías sociales es además una forma de tejer vínculos invisibles que
nos reconvierten en colectividad y eso a partir de las mujeres por ejemplo,
de las personas enfermas por ejemplo, de las personas desvalorizadas por
ejemplo es socialmente sano y también subversivo. Subversivo porque
todos los días nos entrenan en identificarnos con el fuerte, el ganador, el
exitoso, en un proceso de identificación neurótico y toxico.
De víctimas a protagonistas
Un país acostumbrado a que l@s protagonistas centrales de la vida social
son masculinos, básicamente políticos o sujetos masivos. Un país
acostumbrado a que si de mujeres se trata no hay nada interesante, sino
verlas como ese segmento que debe pagar con todo tipo de sacrificios su
existencia. Personajes reducidos a la victimización sin dignidad. En un país
sujeto a esa rutina comunicacional proponer como protagonista no
victimizada a una persona concreta las más de las veces mujeres con
historias propias, con capacidad de explicar su problema y su exigencia en
primera persona ha sido también subversivo. Ha sido inspirador e
interesante para el país entero.
Ir a contracorriente de la noticia

La noticia no es un hecho, sino una construcción mediática donde hay
hilos de poder que deciden lo que es más importante de lo que es menos
importante, lo que es digno de verse como noticia y lo que no. Hace rato
que ahí hay una crisis profunda en los medios dedicados a la pelea
mezquina cansadora y de puras declaraciones donde lo que llaman noticia
es muchas veces una simple declaración de un diputado que sale a la
puerta del parlamento a declarar lo que se le ocurre. Ir a contracorriente y
generar desde donde ningún medio estaba mirando no solo noticia,
debate sino sentido de mirada renovadora de la sociedad ha sido también
una constante de este programa.
Radio Documental
Mi programa tampoco encaja en los generos existentes por lo que para
inventar algo nuevo he tenido que inventar el marco conceptual donde se
desarrolla.
No hay edición, no hay maquillaje, no hay corrección y eso le da esa dosis
de veracidad que hoy ha perdido hasta el sabor mismo de la comida. La
gente sabe que lo que está mirando es lo que está sucediendo en ese
momento.
MI GARGANTA ES UN ORGANO SEXUAL
Cómo es posible que el programa radial más popular, más convocante de
la radiodifusión en Bolivia tiene un nombre difícil, extraño y atrevido. La
gente suele nombrar mi programa como Radio Documental aludiendo al
genero al que pertenece. El nombre les resulta quizás irrepetible. Les
cuento de donde sale. La primera película pornográfica se llamaba
“Garganta Profunda” este nombre hacía alusión a la felación como forma
suprema erótico/pornográfica.
El órgano que más uso en mi programa es la garganta al punto que la voz
se me ha roto muchas veces este año y la presión que siento en la
garganta la convierte en el centro de la tensión comunicacional. He
decidido dialogar con el título de la película pornográfica porque el
atrevimiento es el signo principal de mi trabajo. No me interesa la
complacencia, ni siquiera con el público.
Hay una corriente de pensamiento dentro los feminismos que se llama
post porno que es una forma de interpelación del porno y su mensaje
falopatriarcal usando sus propias herramientas, es eso exactamente lo
que hago.
Mi garganta es un órgano sexual por el grito placentero y desbordado de
libertad y de dignidad que representa mi quehacer comunicacional.

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