PÁGINA SIETE extractó ayer dos minutos de un trabajo de dos horas en una nueva radio documental. No mencionó el contexto, es decir la zona donde estábamos, la maravillosa organización social que ha anidado en los confines del El Alto.

No les interesó el pedazo en el que muestro una escuela clandestina a la que el Ministerio de educación declara ilegal y se niega a darles su código de reconocimiento.

Que una abuela recoge a hombros de lunes a viernes el desayuno escolar a pie de otra escuela para entregarles a l@s niñ@s que piden más y se quedan con hambre.

No mencionó que en esa misma ronda donde la niña dijo en tono burlesco “quiero ser narcotraficante” había otra niña que se sostenía de la venta de gelatinas, que en esa misma ronda había una profesora joven que de forma gratuita se dedica a la alfabetización, no mencionó que en esa misma ronda había una mujer joven de 21 años que estudia su bachillerato en un colegio nocturno regresando a su barrio sin luz y arriesgando su propia vida en ello. Ese barrio es la versión de 100 años de Soledad alteña, era la ronda en que los y las niñas evaluaban la inutilidad de colocar un muñeco de advertencia contra los ladrones.

No mencionó que las mujeres se sientan en ladrillos para aprender tejido, pollerería y otros oficios.

No mencionó que no tienen agua y que las calles no tienen alumbrado público.

Mi trabajo comunicacional a través de las Radios Documentales es un trabajo que se hace con mucha honestidad y dedicando a cada sitio al aire 2 horas para mostrar detalle por detalle aquel pedazo de realidad que quiero mostrar a la sociedad.

Voy donde la gente pide que vaya porque ellos y ellas y elles tienen algo importante que comunicar y eso que tienen que comunicar es LO QUE SUBRAYO CON RESPETO.

Es una torpeza clasista de lo más inaceptable que Pag siete tome la parte por el todo. Sin el contexto, sin la rueda donde había otros niños y niñas jóvenes con sueños y formas organizativas importantes. El uso de pag siete no es repercusión útil sino que lo que hace es generar etiquetas, visiones superficiales y falsas de nuestra propia complejidad social.

Sin duda la declaración de la niña es importante pero la respuesta de los y las jóvenes en esa misma rueda que Pag. Siete cortó es más importante aún. Pag siete la expone con su nombre y apellido la saca fuera de contexto e invita a un apedreo público de la niña. Siento arcadas de asco por lo que son como medios de comunicación, por lo que representan y por la falta de ética que en cada caso muestran.

Si los medios no tienen hoy imaginación, no tienen agenda que no sea la de sus empresas y de sus bloques de poder les pido encarecidamente que se respete mi trabajo, el problema del respeto no tiene que ver conmigo, sino con el respeto que pido para las personas, los lugares y el detalle amoroso con el que va bordada cada Radio Documental. 2 horas al aire pero sendas horas de pre producción y mucha ilusión por parte de quienes requieren mi presencia.

Aprovecho para pedir lo que estaban pidiendo:

Mobiliario para su taller, máquinas de coser y un tinglado.

Reconocimiento para su escuela, los baños, las canchas, y los y las maestras que ahora están pagad@s por el puñado de soñadores y soñadoras de Sajonia y Villa Copacabana conavi.

No tenemos derecho ético, ni superioridad moral para juzgar los sueños de una niña. Tenemos la obligación de acompañarla, de hablar con ella de reir con ella y entenderla.

A eso me dedico porque no tengo nada más valioso que hacer como feminista en esta Bolivia donde las mujeres somos parias.

¡De dónde saca sus millones Doria Medina sino es de la evasión de impuestos y de la deuda impaga que le regaló el Goni.!

¡De donde saca su dinero Fernando Camacho y la oligarquía camba!. ¡De donde sacó su dinero Garafulic; ¿dinero limpio?, ¿de vender gelatinas en los colegios?.

¡Cómo se atreven a poner en el paredón mediático a una niña provocadora, bromista, llena de vida que representa la deuda social de su opulencia, esa niña vive en Viacha carajo a pasos de la fábrica que hizo millonario a Doria Medina.