Volvemos a decir que No porque no hay respeto a los derechos humanos ni organismo estatal que los garantice, ni ventanilla siquiera donde se registren los abusos de poder cotidianos. La destrucción de la Defensoría del Pueblo es responsabilidad del MAS.

Volvemos a decir que No porque estamos cansadas de pactos de poder que se saldan con un caballo de lujo, tal cual lo hizo Melgarejo; pactos que parecen convertirnos en peones de una hacienda que administra el amo.

Volvemos a decir que No porque no hay justicia, ni vigencia de las garantías constitucionales que garanticen a las mujeres una vida sin violencia. Los feminicidios, las violaciones y los abusos contra las mujeres son pan de cada día y la justicia y la Policía un aparato al servicio de la impunidad.

Volvemos a decir que no porque la leyenda de Gabriela Zapata representa la parodia del lugar de las mujeres en el  llamado proceso de cambio, un lugar que pasa por la condición de objetos sexuales, por la condición de blanqueamiento y desclasamiento, por la condición de objeto de complacencia del caudillo.

Volvemos a decir que No porque el Órgano Electoral no tiene credibilidad y eso parece no tener remedio, es más fuerte el cinismo que todo argumento; literalmente se ríen en nuestras caras.

Volvemos a decir que No porque el mecanismo de gobierno responde a una metodología de destrucción de la democracia popular, expresada en las organizaciones sociales, hoy convertidas en mafias dirigenciales que no gozan de credibilidad, que son abusivas y que practican el matonaje gremial.

No hay democracia porque no hay foro donde ser escuchada como pueblo, no hay interlocución posible que no pase por el clientelismo y la cooptación.

Volvemos a decir que No al caudillismo concentrado en la figura de Evo Morales , porque el caudillismo es sinónimo de autoritarismo, machismo y arbitrariedad.

Volvemos a decir que No porque el modelo económico en el que estamos es una burbuja de consumismo y depredación que nos empobrece cada día. Pobreza no es no tener dinero para consumir; pobreza es tener ríos contaminados, pobreza es tener una wawa con cáncer a los 10 años, pobreza es no tener justicia, no tener esperanza de tener un trabajo, como les pasa a cientos de miles de mujeres madres solas.

Estamos conscientes que en el No a Evo Morales hay un rebrote de racismo, que con resentimiento gritan un No a Evo porque es indio.

Estamos conscientes de que en el No a Evo Morales  hay una derecha que quiere aprovechar la retórica populista de Evo Morales, pero eso no significa que la derecha más peligrosa no tenga alianza con el gobierno; por eso mismo nos queda claro que Evo Morales no representa a la izquierda versus la derecha.

El No a Evo Morales es tan peligroso como el sí; la única diferencia entre uno y otro es que el sí representa el estancamiento y él no representa ese lugar donde seguir sembrando ideas y prácticas políticas democratizadoras, cargadas de ideas y sueños que hoy en Bolivia no tienen espacio para florecer.

En el campo jurídico han sepultado los resultados del referéndum, buscando un atajo para repostularse, pero en el campo político esa bronca, esos No que no se están respetando pueden multiplicarse exponencialmente, no porque en Bolivia haya hoy una alternativa electoral abierta, sino porque Evo Morales candidatea contra sí mismo.

En tiempo electoral pueden dedicarse  a ofrecer demagógicamente lo que en 13 años de gobierno no han querido hacer, como el seguro universal, pero si hay algo que han perdido es credibilidad, capacidad de seducir y sentido de la realidad.

Como movimiento y como Radio Deseo, este 21F ofrecemos la publicación de un recuento de todas las violaciones a los derechos humanos cometidas por el gobierno en la gestión 2018: 25 muertos entre los que están los cocaleros de La Asunta, el estudiante de la UPEA y el caso de las explosiones en Oruro, cerrado, sin respuesta por negligencia policial. Informe elaborado por Verónica Sánchez de la Asamblea de Derechos Humanos y que venderemos en dos pesitos en las calles.

El No del referéndum que estalle en las urnas electorales tendrá la fuerza de un cuerpo que lleva doble impulso, el impulso de un primer No sumado al impulso de la bronca porque ese No no se respetó.

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