"YO TE AMO" NO ES IGUAL A "YO TU AMO"

LA ACERA DE ENFRENTE

Por: MARÍA GALINDO

Integrante de Mujeres Creando

27 de Abril– 2021

Análisis de la carta escrita por el feminicida Roberto Carlos Roque Jihuacuti

No quiero responder a la carta del feminicida como muchas compañeras lo han hecho, aunque comparto y entiendo el dolor e indignación.

Creo que es necesario hacer un análisis de la carta de este asesino porque responderle es darle valor a su palabra y a sus actos y es eso lo que con en este gesto de asesinato y violencia está buscando y es justamente lo que no hay que darle a él, ni a ninguno de los feminicidas, menos aún, a los futuros feminicidas.

No hay razón alguna, ni motivo posible para matar a una mujer. Rebatir sus razones como equivocadas es entrar en el juego de las razones motivos y justificaciones de un feminicida para matar a su compañera, amante, amiga, compañera de trabajo o de estudios, vecina etc… Hacer eso es un error, el feminicida no es simplemente un hombre que está equivocado, el feminicidio no es un acto equivocado, no es un error. Es un acto de tomarse el poder de quitarle la vida a la “otra”.

Los medios se han dedicado y lamentablemente muchas feministas también a amplificar el mensaje del feminicida, ese ejercicio lo convierte en un héroe para el conjunto de hombres machistas.

Especialmente porque los medios se han concentrado en una sola frase de una carta que propongo analizar detalle por detalle, no para amplificar el mensaje, sino para todo lo contrario; desmenuzar sus palabras y desnudar sus complejos porque la sociedad necesita entender que es un feminicidio y de donde sale. Si no entendemos de qué estamos hablando, será imposible parar esta pandemia feminicida contra las mujeres.

ANÁLISIS

1.- Primera frase:

«Nunca imaginé haber hecho esto, hasta yo me sorprendo»

No se reconoce a si mismo como un asesino, no confiesa el crimen arrepentido, sino que muestra una ambivalencia por un lado, dónde no se reconoce como asesino y por otro lado se enajena de su propio acto sorprendiéndose de si mismo como si de otra persona se tratara.

Esta desconexión con lo que ha hecho. Este comportamiento es muy fuerte en los feminicidas, es el comportamiento que les sirve muchas veces para huir de la escena como lo ha hecho Carlos Roque Jihuacuti, es el comportamiento que les sirve para buscar la impunidad

Matan, pero no toman consciencia plena ni responsabilidad plena del acto.

2.- Segunda frase

 «pero un consejo ante todo he»  (Y le sigue un texto ilegible y confuso que no termina de elaborar porque no tiene contenidos propios. Se siente en la posición de aconsejar, pero no sabe qué aconsejar)

Es importante acá ver claramente como él se coloca en un lugar de superioridad moral, de forma automática sin poder terminar, ni de escribir, la frase completa y clara.

-se siente más qué

-se cree más qué

-se cree mejor qué

El -ante todo- que usa y muestra su mirada ofuscada donde nada vale más que lo que él piensa que es correcto. No hay diálogo, ni discrepancia posible, no hay espacio para nada más que para lo que él quiere hacer.

Este es un punto central del lugar del feminicida, del violento, del castigador

Es el lugar del cura, del policía, del militar, del que ejerce control porque es mejor y tiene derecho de ejercer ese control.

Si queremos que no haya mas feminicidios es ese lugar de superioridad moral el que hay que cuestionar. No se trata de establecer la diferencia ente hombres malos y violentos que matarían a sus parejas y hombres buenos y solidarios que no lo harían. Se trata de cuestionar y abandonar el lugar de superioridad moral que el patriarcado les ha dado a los hombres por ser hombres.

Cualquier mujer que toma las riendas de su vida y que tiene un proyecto de vida propio plasmado en el estudio, en el trabajo, en sus propios sueños ha dejado al moralizador y sus instrucciones para la vida sin objeto sobre quien moralizar porque ella no acata sus mandatos. Entonces el feminicida necesita plasmar esa moralización sobre el conjunto de la sociedad matándola.

3.- Tercera frase

Las primeras parejas de 70 años háganle caso

En esta frase él se reconoce como un hombre que tiene un modelo de vida que seguir, es el modelo que él ubica como el de antes. Su valor principal es la obediencia, su valor principal es la incapacidad de cambiar la mirada sobre las cosas. El feminicida acá se presenta como un prolongador que se cree coherente del discurso de los padres, del discurso conservador, del discurso de la familia. No es él el que está equivocado, él se presenta como quien está en la única posición correcta posible. El feminicida le da continuidad prolongación y consecuencia al discurso misógino de todos los días que se emite contra las mujeres que desobedecen mandatos y normas. Esto es muy importante de entender porque sitúa el feminicidio como la solución a un conflicto social entre el modelo “que llama de antes” el modelo de obedecer y los cambios a los que él les pone una solución con el asesinato.

4.- Cuarta frase

Las feminazis lo arruinaron todo, obviamente no justifica el hecho cometido,

Todo estaba bien y cuando todo se puso mal viene él a corregir lo que estaba mal. Matando en ningún momento el feminicida se siente en este caso en la posición incorrecta, se siente precursor de un discurso corrector de la realidad.

En la segunda parte cuando dice obviamente esto no justifica el hecho cometido, lo máximo a lo que llega es a encontrar cierta desproporción entre el problema que quiere corregir y la corrección que ha hecho que es el asesinato. Esto también es muy importante por eso tiene la fuerza y el ímpetu para escapar porque se siente en la posición correcta, aunque acepta que probablemente su corrección haya sido desproporcional.  

5.- Quinta frase

pero las mujeres

Deben obedecer a los hombres así seguirán tranquilas

Acá busca el eco y el apoyo del conjunto de los hombres, el feminicida percibe a los hombres como un conjunto coherente que tiene poder  y que no puede perder poder. Esta percepción no es aislada, no es marginal, sino que es un sentido común instalado en la sociedad en cada institución en cada lugar en cada milímetro social, si  no queremos mas feminicidios lo que hay que hacer es cuestionar esa visión de poder masculino que construye grupo, que construye cofradía, que construye hermandad en torno al poder.

El feminicida también se dirige a las mujeres y lanza el mensaje quieren tranquilidad sométanse. Aquí también se coloca él en el rol de quien lanza un mensaje a la sociedad, se coloca nuevamente en el lugar moralizador y  corrector porque el feminicida es el que lleva el discurso de una sociedad machista a un punto extremo. El se siente respaldado por los medios, por los padres, por las instituciones y por el conjunto de la sociedad. La sociedad debe mandar con cada feminicidio el mensaje de que el feminicida no recibirá respaldo alguno de ninguna especie, pero cuando hay tanta impunidad, tanta liberación de feminicidas, tanta investigación negligente tanto margen para que huyan tanto discurso conservador el resultado es el que vemos feminicidios como pandemia social.

Es importante la mención a la tranquilidad que hace, estoy en diálogo con mujeres amenazadas por sus parejas todos los días y cuando les pregunto qué quieren, ellas me responden: estar tranquilas.

Las mujeres deseamos y necesitamos tranquilidad para vivir pensar y realizar nuestros sueños, es el único momento en que el feminicida cita probablemente algo que su víctima les pedía a gritos me parece estar escuchándola diciendo: déjame tranquila.

Ese déjame tranquila, es la palabra que resonó en la mente del feminicida. Sin ti estaré tranquila viviré mejor ándate y déjame tranquila. Ella tenía una vida, él no.

6.- Sexta frase

No al feminismo

Por ello los asesinatos

Debemos volver a la era pasada ahí todo estaba bien

No se hace responsable del hecho cometido y decide responsabilizar a las feministas de lo que él mismo acaba de hacer.

Esta es la primera vez que en nuestra sociedad un feminicida justifica su feminicidio explícitamente culpabilizando al feminismo por ello. Acá se presenta como un misionero que tiene la misión de señalar y la autoridad para señalar donde esta el problema. En esta frase se coloca como la prolongación del cura sermonero, del pastor sermonero y al mismo tiempo como el súbdito que cumple la predica de acabar con el feminismo matando a las mujeres rebeldes. Legitima su crimen.

Que quede claro que las predicas de sometimiento de las mujeres tienen las manos manchadas de sangre de las mujeres asesinadas porque se divorciaron, porque se separaron, porque pidieron asistencia familiar porque objetaron las formas de sometimiento. Todos esos predicadores tienen también las manos manchadas de sangre. No se trata de perdonar al feminicida como directo responsable, pero si de entender que hay una continuidad entre el feminicidio y el discurso oficial misógino de los partidos políticos, las iglesias y las instituciones educativas y de salud y de cultura del estado y las organizaciones sociales.

7.- Séptima frase

Que me perdone mi hijo por todo esto

Nunca le digan que fui yo

 

Esta frase es quizás la más importante de toda la carta porque resulta que el moralizador el corrector de la sociedad pide perdón a su hijo. No le pide perdón a ella, le pide perdón a su hijo quien es el único que ante sus ojos tiene valor en cuento proyecta sobre él su propia continuidad.

La mentira como una parte fundamental de la vida del feminicida, aunque pretende no asumir la responsabilidad sobre lo que ha hecho, sabe que si la tiene y pide como si su pedido fuera a ser escuchado no le digan que fui yo.

Hay que preguntarse en este lugar que es la paternidad en Bolivia

¡Hasta cuando la sociedad va a sostener una paternidad que no cuida!, que no cría, que no asume las tareas de acompañamiento y que se reduce al apellido y la portación del derecho de ser padre. ¡Hasta cuando vamos a aceptar una paternidad sin contenido y sin crianza! Si este feminicida hubiera asumido alguna vez la crianza de su hijo o estuviera dispuesto a asumirla, no hubiera matado a la mamá que sí criaba al niño.

Huye, pide que le mientan y no siente que pierde su condición de padre haciendo lo que ha hecho.

El feminicida, además tiene la convicción de que la verdad se puede ocultar a conveniencia y necesidad y tiene la convicción de que tiene un público al que se dirige como orador central. Una sociedad que lo va a escuchar decir su palabra y que le va a obedecer y comprender.

8.- Octava frase

La amaba como nadie, pero me falló

Soy capaz de amar y soy capaz de amar más que nadie

Esta también es una parte muy importante porque el feminicida se presenta como amoroso ante su propia víctima. Su discurso no es de odio sino de amor, el amor que posee, el amor que juzga, el amor que asfixia, el amor que quita libertad, el amor que quita la vida del “otro”

Ese es el amor masculino por excelencia a cambio de mi amor… tu vida.

Me falló a mi que soy el ser supremo.

Aquí es interesante entender que es muy probable que ella haya tenido una vida propia sin él pero que él no haya sido capaz de desarrollar una vida propia sin ella. Le quita su vida a ella culpabilizándola por tenerla. 

9.- Novena frase

Duele dejar toda una vida atrás

 

El feminicida siente que el feminicidio es un nuevo empiezo, deja una vida atrás y pretende ir con una nueva vida adelante

10.- Décima frase

Te amo yessi

 

No habla en pasado, ama a la muerta más que a la viva, a la viva no la deja vivir, pero la mata y enseguida le declara su amor a la muerta

¿Qué hacer?

1.- Es urgente poner el foco en el feminicida y no en la víctima

Sabemos de ella que era bailarina y que era profesora de baile folclórico

Que era estudiante de historia. De él no se sabe mas que su nombre y la carta cuyo mensaje principal los medios se han encargado de amplificar

2.-Es urgente quitarle al feminicida el papel moralizador, el papel de corrector. Es urgente mostrar las consecuencias del feminicidio en el feminicida.

3.- Es urgente romper esta cadena de impunidad que la justicia ha creado entre feminicidio y feminicidio.

4.-Es urgente dejar de amplificar los mensajes de los feminicidas

5.- Es urgente deslegitimar a los feminicidas, como bien claramente muestra esta carta hay una continuidad entre feminicidio y discurso misógino y machista. Hay una continuidad entre juicio y culpabilización de las mujeres y feminicidio. Hay una complicidad social generalizada con el feminicida y es en esa complicidad en la que el feminicida se ampara se acoge se refugia y se justifica.

6.- Es urgente difundir repetir y subrayar el nombre del feminicida porque este acto le tiene que perseguir por el resto de sus vidas en ese contexto es un error no mencionar su nombre las veces que haga falta.

Sorprende que en sus mensajes instituciones como:

Instituto de la Juventud

Onvres siendo onvres

Casa de la Mujer

Facultad de humanidades UMSA

No den el nombre del feminicida

¿Qué podemos hacer las mujeres?

Las mujeres debemos organizar un gran movimiento de aglutinamiento en torno de nuestras libertades sexuales, culturales, un movimiento en torno de nuestros sueños por nuevas maternidades y por nuevas paternidades.

Pregúntense carajo porque un hombre que acaba de matar y que tiene que huir se toma el tiempo de escribir una carta:

Lo hace porque sabe que tiene un público que lo escuchará y que  reproducirá su discurso.

Porque sabe que tiene una masa machista que lo convertirá en un héroe.

Y porque sabe que goza de la impunidad de ser hombre y que ante una policía negligente e inexistente tiene suficiente tiempo para huir.

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