Estado Mayor y Democracia

LA ACERA DE ENFRENTE

Por: MARÍA GALINDO

Integrante de Mujeres Creando

31 de Agosto – 2022

El Estado Mayor es de todos los cuarteles que hay en las ciudades de nuestro país de forma absolutamente innecesaria, el que mayor carga simbólica tiene.
Allí estuvo instalado el departamento segundo desde donde se dirigieron los golpes de estado de Banzer y García Mesa. Allí se torturó a l@s presos políticos de ambas dictaduras, allí se perdieron los archivos de las dictaduras para que en Bolivia no haya realmente un proceso de verdad sobre ambos golpes de estado al punto que no sabemos dónde está el cadáver de Marcelo Quiroga Santa Cruz.
Era sabido que si una vez preso te llevaban al estado mayor probablemente no salías vivo de allí.
También el Estado Mayor es uno de los símbolos de los privilegios militares, en épocas que no había nada en el país por la grave crisis económica, ellos tenían allí adentro un supermercado abarrotado de lujos importados en aviones militares directamente desde Panamá y Miami para los jerarcas.
El Estado Mayor es un recinto cargado de sentido simbólico.
Los regímenes democráticos de estos 40 años de democracia debieron relocalizar al Estado Mayor y convertir ese lugar en un centro cultural, de memoria y derechos humanos como se ha hecho en Argentina y Chile con los símbolos de las dictaduras más sangrientas del Plan Condor.
Todos los gobiernos se aliaron y reconocieron los privilegios militares y se sometieron a sus chantajes, también por supuesto los de Evo Morales que hicieron una minúscula e intrascendente Comisión de la Verdad que no culmino su trabajo realmente.
Actualmente, por muy increíble que parezca la Dirección de Asistencia Familiar llamada DAF se encuentra en el Estado Mayor. No es casual eso, porque teniendo cientos de edificios en toda la ciudad donde podría estar esa dirección, esta allí también de forma simbólica. Asi se aseguran que las mujeres que deben reclamar contra militares que son padres irresponsables deben pasar por el suplicio de ir allí. Allí donde esos padres irresponsables reciben socapamiento institucional. Ir allí como esposa “abandonada”, como madre de un hije de militar que desprecia a la wawa no es fácil, no es bonito, no es cómodo, no es dignificante, ni mucho menos. Te reconocen y etiquetan, se mofan de ti porque tienes que ir numerosas veces a cumplir una escena suplicante que te destroza. Y si vas con una wawa chiquita que comprende la situación la destroza a la wawa también.
En ningún caso pasar los muros del Estado para visibilizar los privilegios de los burócratas es fácil y de hecho lo vengo haciendo en todo tipo y condición de edificios porque tenemos simplemente el derecho como “falsos ciudadanos” (digo falsos porque la ciudadanía en Bolivia no existe, ni menos aun la ciudadanía en las mujeres) de conocer las estructuras de gobierno que estamos pagando.
No voy a entrar en detalles como es que logre entrar a todo tipo de lugares porque todas esas hazañas han sido objeto de sendos tik toks realizados por la población.
El único lugar donde fui agredida jaloneada, se rompieron mis equipos, se amenazó a mi productor con arrestarlo además de patearlo, se nos rodeó de Policía Militar y se nos lastimo severamente fue en el Estado Mayor.
No fui a rememorar lo que fueron las dictaduras hecho que debería hacer el gobierno sin duda alguna.
Fui a algo tan inofensivo como es reclamar la asistencia familiar. Fui con una bebe a la cual el padre piloto de grupo aéreo presidencial se niega a reconocer y otra compañera que tiene tres hijes con un militar que además trabaja ahí en el Estado Mayor.
Ambos con sendos sueldos dicen estar dispuestos a pasar el mínimo de asistencia familiar. El mismo monto que pasa un taxista, un desempleado o un albañil.
De la mano de esas mujeres y corriendo entramos hasta el patio mientras la seguridad militar de la puerta se estaba rascando. Cuando llegamos ya a pocos pasos de la ventanilla de la Dirección de Asistencia familiar nos rodearon más de diez Policías Militares y a empujones y amenazas nos fueron sacando hasta que yo perdí el equilibrio porque de hecho eso buscaban.
La bebe no lloro ni un momento y eso me sorprendió, es una bebe que viene participando con nosotras en marchas y todo tipo de formas de lucha. Con sus 6 mesesitos de vida quien sabe que está registrando su subjetividad, lo cierto es que cada vez que nos vemos me sonríe al igual que su mama que de haber sido una mujer llorosa y sin discurso hoy es una persona que no se deja amedrentar con nadies.
Traspasamos una frontera simbólica es eso lo que hicimos, es eso lo que quisimos hacer y es eso de lo que me siento profundamente alegre porque ese es el sentido de mi trabajo. Traspasar límites y mostrar al país donde están colocados esos límites y con que objeto existen esos límites de vasallaje, de fascismo, de arbitrariedad.
El Estado Mayor no fue infranqueable para las Radios documentales y el programa Mi Garganta es un Órgano Sexual. Sabía perfectamente lo que estaba haciendo.
Estoy recuperándome de los jalones y dolores con paracetamol hemos renovado nuestro equipo con 1000 bolivianos; nuevo trípode y nuevo micrófono y le hemos mostrado a Bolivia que estamos en un régimen democrático muy frágil.
Muy muy frágil. Yo considero que haciendo eso se defiende la democracia.
Dejo claro que los únicos periodistas que cubrieron el hecho fueron Ximena Antelo y Jose Pomacusi, el resto de los medios aunque se trató de un atentado contra la libertad de expresión no dijeron ni mu, ni la asociación de periodistas ni nadies. Además porque aún no saben si lo que hago es periodismo o no. ¿Acaso me sorprende?
No estoy jugando a la heroína, estoy haciendo una etnografía inédita y original del Estado Boliviano. Un gran libro conceptual y documental para pensar juntes el país que queremos y el país que no queremos.

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